El objetivo de estas publicaciones es ofrecer un manual de buenas prácticas que contribuya a mejorar la convivencia entre estas actividades y la conservación del urogallo. Entre los temas que se abordan en estos materiales divulgativos se encuentran la necesidad de colaborar con el sector cinegético para disminuir densidades excesivas de ungulados silvestres (caso del ciervo y jabalí, que ejercen un efecto negativo sobre el urogallo como competidores y depredadores); la peligrosidad de determinados cercados ganaderos (por el riesgo de colisión de urogallos contra los mismos) y cuya solución pasa por colocar elementos visibles en las alambradas, o la necesidad de regular actividades deportivas multitudinarias como carreras de montaña o rutas a pie y en bicicleta que atraviesen áreas protegidas.
Para ello se establecen una serie de recomendaciones generales y se incide en la necesidad de trabajar conjuntamente para crear alianzas entre todos los sectores implicados en la conservación y el manejo de los diferentes espacios naturales de la cordillera Cantábrica, lo que se conoce como custodia del territorio. Este tipo de acuerdos con propietarios de terrenos persiguen la gestión mutua del pastoreo y la realización de planes concertados de caza y custodia que permita la actividad cinegética
Además, estos materiales también se distribuirán por correo a Ayuntamientos, sociedades de cazadores y ganaderos, y a cualquier entidad que los solicite. También se repartirán por centros de interpretación de los espacios naturales de la cordillera.
Tranquilidad y ordenación de usos
El urogallo cantábrico es muy sensible a la presencia humana y por tanto deben evitarse actividades que les provoquen molestias en las zonas y épocas críticas: el celo, la reproducción y la invernada. Es imprescindible, además, que se respeten los planes de ordenación y gestión de los espacios naturales, y se restrinjan ciertas actividades en las zonas más susceptibles de causarles molestias. Estas áreas sensibles para el urogallo suponen una proporción muy reducida y localizada y, por tanto, permiten que haya espacio suficiente para que se puedan llevar a cabo otros usos del territorio sin que afecten a la especie.
Custodia del territorio
Para conseguir la implicación de estos sectores en la conservación del urogallo se están organizando durante los meses de mayo y junio una serie de seminarios informativos a lo largo de toda la cornisa cantábrica. Este programa permite que cualquier propietario de terrenos pueda contribuir a la conservación del urogallo recibiendo a su vez beneficios adicionales en el marco de un acuerdo de custodia.
Entre los diferentes acuerdos de custodia firmados hasta el moemento, destaca el realizado con la Asociación de Cazadores del Monte, que lleva a cabo el aprovechamiento cinegético dentro del monte de utilidad pública de 190 hectáreas. Pare ello, se ha promovido la firma de un acuerdo de custodia con las juntas vecinales de Salientes, Valseco y Salentinos para la mejora del hábitat en la ZEPA Alto Sil (León).
Según Purroy, “estos acuerdos están teniendo una buena acogida, si bien es necesario seguir trabajando en explicar el concepto de custodia del territorio, que es relativamente nuevo y poco conocido todavía por un amplio sector de la población”.
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